A la hora de iniciar un negocio de tecnología disruptiva, una pregunta clásica que se hacen muchos emprendedores es: ¿cómo se financia una startup?. En Socialnautas nos hemos encontrado con muchos casos de este tipo entre nuestros clientes y, desde nuestra experiencia, podemos asegurar que las opciones de financiación son múltiples y variadas.
Eso sí, se necesita una estrategia de comunicación clara que permita seducir a clientes y socios de cara a esa tan importante inversión inicial que a buen seguro hará despegar tu negocio hasta el infinito y más allá. Nosotros podemos ayudarte en ese aspecto. Para el resto, te enumeramos las distintas fuentes de financiación a las que puede echar mano un emprendedor, con sus ventajas, desventajas y momento más oportuno para acometerlas.
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La fuente más común cuando se inicia un proyecto son los préstamos de familiares y amigos, aparte de la financiación en forma de recursos propios del emprendedor y del equipo, que será indispensable de cara a mostrar el compromiso de los socios con la empresa ante posibles capitalistas de riesgo. Esta forma de financiación es conocida como “las tres F’s” (*Friends, *Family & *Fools…).
Aparte, tenemos que contar con el capital inicial de la start-up, que se podrá dividir así mismo en dos tipos, que se corresponden además con dos fases diferenciadas:
• Antes de iniciarse el proyecto: capital semilla o seed capital. Durante la elaboración del plan de negocios se necesitará dinero para los recursos más variados: investigación de mercados, prototipos, test iniciales, Investigación y Desarrollo (I+D)…
• Capital arranque o start-up capital. Es el capital que se necesitará para que la empresa comience a rodar una vez constituida, tanto para financiar sus inversiones como para dotarse de un fondo de maniobra inicial y cash-flow.
Esta última opción es insuficiente la mayoría de las veces puesto que muchas empresas suelen generar pocos beneficios al principio, y los recursos para poner en desarrollar la actividad suelen ser mayores que los que genera la propia empresa. Es aquí cuando recurrimos a la financiación externa, con distintas opciones también:
A veces la banca comercial ofrece productos muy interesantes para la financiación de start-ups, aunque para ello se necesita la solvencia de los solicitantes. Aquí, además, hay varias subopciones:
El capital riesgo es un método de financiación estable para empresas que no cotizan en bolsa. Se trata de la compra temporal de acciones por parte de inversores profesionales y ajenos a la empresa. Los capitalistas de riesgo pueden recuperar la inversión a través del reparto de beneficios o por medio de las plusvalías. La actividad de capital riesgo en España la llevan dos tipos de personalidades jurídicas:
• Sociedad de capital riesgo o inversión: Son sociedades anónimas y fiscalizadas por la Administración que realizan inversiones en su propio nombre, recibiendo a cargo plusvalías. Son similares a un banco.
• Fondos de capital riesgo o inversión: Son aportaciones temporales de inversores administrados por una sociedad gestora que se encarga de invertir y mover el dinero para aumentar los beneficios. Esta sociedad suele llevarse un pago en forma de comisiones.
En los dos casos se habla de un volumen de inversión entre los 300.000 y el millón de euros.
Los Business Angels (capital riesgo privado) es uno de los tipos de financiación más ajustados a las necesidades de una start-up. Se trata de individuos o sociedades que no solo invierten dinero, sino que también aportan valor: asesoramiento, networking, experiencia en el sector…
En los últimos años cada vez es más difícil encontrar subvenciones y ayudas. Existe la posibilidad de las cámaras de comercio y las asociaciones de jóvenes empresarios. A nivel estatal encontramos el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), así como ENISA.
• Renting: Es un alquiler a medio o largo plazo formalizado como un contrato por el que el arrendador cede un bien a la empresa a cambio de una renta periódica y durante un plazo de tiempo limitado. Al ser un alquiler, podemos prescindir de él o renovarlo cuando queramos. No obstante, estos alquileres suelen ser altos.
• El ‘bootstraping’. El bootstrapping es un término anglosajón que significa ‘empezar algo sin recursos o con pocos recursos’, es decir, utilizando solo nuestro propio capital y recurriendo a prototipos de producto muy básicos que se puedan lanzar al mercado a modo de prueba, añadiendo modificaciones a posteriori.
• El crowdfunding. Si te preguntas cómo se financia una startup y cuentas con una buena red social, esta puede ser una de las mejores ideas. Se basa al compartir la financiación de un proyecto entre todas las personas que deseen apoyarlo, normalmente a cambio del mismo producto. Es decir, como una especia de pago por adelantado. Se suele usar mucho en Internet por artistas, campañas políticas o negocios pequeños.
Como verás, las formas de lograr financiación son muchísimas. Seguro que a partir de ahora no te preguntas más cómo se financia una startup. Pero ahora es cuando comienza el trabajo duro y, para conseguir que tus inversores se rasquen el bolsillo necesitarás algo más que buenas intenciones. Tendrás que mostrarles resultados (clientes) y, para eso, deberás tener clara tu estrategia de marketing digital. Ahí es donde entramos nosotros. Llámanos y cuéntanos tu caso. Veremos si podemos echarte una mano.
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