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Entornos VUCA: Desde hace años los cambios son cada vez más rápidos, debido a la tecnología y al conocimiento incremental que vamos generando como sociedad. Eso genera a su vez mayor incertidumbre en la toma de decisiones. los directivos del siglo XXI se enfrentan a dudas y temores por el riesgo de quedarse rezagados.
Antiguamente podíamos predecir con bastante exactitud el futuro y aunque había cambios relevantes, esos se producían al cabo de bastantes años (la pólvora, la imprenta, mejoras en los barcos, etc.). Ahora las mejoras tecnológicas nos llevan a una cascada de cambios que hacen difícil el poder plantear estrategias de futuro, e incluso planes a corto plazo.
Nos surgen preguntas y dudas. Esas dudas a veces se transforman en creencias limitadoras para los directivos (“no estoy preparado”, “esto va demasiado rápido”, “sigamos con lo que hacemos que ya nos va bien”, etc.) y estas creencias limitadoras se ven alimentadas por la incapacidad de descubrir y entender todas las tecnologías y sus aplicaciones. Sin duda es un entorno complicado.
Los americanos inventaron la palabra VUCA para definir estos entornos donde hay Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad. Sin embargo hasta entrado el siglo XXI no apareció un listado de habilidades clave (definida por el World Economic Forum) requeridas para directivos del año 2020+:
Esta lista es clave para afrontar los entornos VUCA. Como vemos es una cuestión interna de cada directivo, de actitud frente a las situaciones que demandan decisiones.
Muchos directivos viven la Transformación Digital con miedos y, por qué no decir, cansancio. Muchos cambios, muchas decisiones, cada decisión un riesgo, hay que medir todo, reevaluar todo…al final se llega a un estado de “estar quemado”.
Debemos procurar comenzar por un proceso interno, analizando lo que nos sucede y descubriendo cuáles son nuestras barreras internas. Una vez las descubramos las debemos confrontar con actitudes positivas. Cosas del tipo:
La tendencia natural ante un escenario cambiante y desconocido es el estrés, una respuesta biológica del cuerpo humano. Y antes el estrés tendemos a defendernos (correr o luchar). Por aplicación del principio de prudencia algunos directivos tienden a ser más conservadores de lo habitual (el pensamiento de voy a mantener lo que hay durante todo el tiempo que pueda, sin correr riesgos)
Algunas soluciones
Respecto a la tipología de problemas que nos encontramos en nuestro camino existen básicamente dos tipos:
Los primeros son problemas que aplicando una serie de pasos podemos resolver. Digamos que es como preparar una receta de cocina: vamos aportando ingredientes y gestionando tiempos y al final, si lo hemos hecho correctamente, tenemos el resultado deseado. Sin embargo los problemas no estructurados son los más complejos ya que se definen como aquellos en los que:
No es el propósito de este artículo si no señalar estos entornos de incertidumbre y reflejar las inquietudes de algunos profesionales sobre estos tiempos de cambio. Pero me gustaría señalar que para la gestión de problemas no estructurados y en definitiva para resolver situaciones complejas la mejor receta es el tener una metodología sistematizada y estructurada que nos permita detectar errores y avances y que así nos permita replicar buenas práctica y mejorar todo aquello que no nos dé resultados.
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